No te equivoques. Es algo que no depende en absoluto de nadie. Sólo y exclusivamente de ti. Depende de tu mente, de tu madurez y de tu actitud. La tranquilidad emocional no te la proporciona una persona, te la da la seguridad que tienes en ti mismo, la autoestima, la capacidad de dominarte.
Si dependiera de alguien que no fueras tú, ten por seguro que no existiría. La parte buena de esto es que eres la única persona que nunca te va a dejar ni un solo instante, el mismo que va a ser capaz de darte ese estado tan deseado, y tan anhelado.
Es muy sencillo, y la vez complicado. Quizá podría decir que es lo más difícil que se te va a presentar en la vida por conseguir, y a la vez lo más fácil. En el concepto mismo lleva impresos ambos polos.
Apaga la música un rato, y quédate en silencio.
Deja que las cosas fluyan. Una persona muy importante para mí me dijo: "Nunca podrás controlar todo, y el día que pretendas hacerlo, serás infeliz hasta que recapacites".
Tu propia paz interior te la dará. No la busques en sí, porque no la vas a encontrar. No hay un camino, hay un método. No hay unas reglas, hay un truco. No la busques como fin, porque no funciona como tal.
No te exijas niveles imposibles, todo es progresivo. No quieras todo ya , y ahora. Aprende a esperar. Comienza a asimilar. Olvida y aparta lo tóxico, lo que te impida avanzar. Deja lo teórico y recurre a lo práctico, que aunque a veces parezca imposible, te aseguro que existe.
Escucha a tu alrededor, valora y aprecia lo que tienes, lo nuevo que llega a tu vida, y lo más difícil de todo, asume los cambios.
Vé con poco equipaje, porque vas a tener que andar mucho.
Deja las manías a un lado, adáptate al mundo. Deja los prejuicios atrás. Nada es tan bueno como parece, ni tan malo como dicen. No hay extremos. Los creas tú.
Piensa que todo pasa por algo, y que nada es casualidad. No hay persona que se cruce contigo por la calle ni piedra con la que tropieces en vano. En ese momento pasa por tu lado. Solo los hábiles de locura la perciben.
Quiere y déjate querer. Madruga todo lo que puedas, y no te levantes hasta las 12. Vete lejos. Vuelve. Y cuando vuelvas, ríete de ti, de mí, del flipado que tienes al lado, del imbécil de ayer, del estúpido de mañana, y del dueño de tus sueños. Ríete de todo lo que no logres. Quizás no sería tan estupendo como tú pensabas.
Lo más importante, tómate la vida con calma, pero tampoco con demasiada. Los únicos felices son los chalados, los pirados de verdad. Que a partir de hoy se conviertan en tu ejemplo a seguir, porque los vas a necesitar.
Tú eres tu felicidad. No lo dudes nunca.
Me ha encantado el post, no sabía que tenías un blog.
ResponderEliminar